Un Legado de Fe y Esperanza
El 75 aniversario de la llegada de la Virgen de Fátima a Málaga es una oportunidad para reflexionar sobre el legado de fe y esperanza que esta imagen ha traído a la ciudad. Es un momento para renovar nuestro compromiso con los valores que la Virgen representa y para unirnos como comunidad en oración y celebración.
En resumen, este aniversario no solo celebra un evento histórico, sino que también reafirma la importancia de la Virgen de Fátima en la vida espiritual de Málaga.
PÁGINA EN CONSTRUCCIÓN
En un tiempo no muy lejano, una pequeña imagen peregrina de la Virgen de Fátima emprendió un viaje desde su Santuario en Portugal hasta la soleada ciudad de Málaga.
Fue invitada para presidir las Misiones, y al llegar, quedó maravillada por la devoción, el amor y la fe de los malagueños. Tanto fue así, que decidió quedarse en esta ciudad, ofreciendo al pueblo esperanza en tiempos difíciles.
Durante años, la Virgen de Fátima fue un faro de luz y consuelo para la gente de Málaga. Apareciendo en la prensa la petición que este pueblo le hacía a su obispado.
«Hay que comenzar las obras del nuevo Templo de Nuestra señora de Fátima. Cooperemos con oraciones y donativos. Málaga tiene deuda de gratitud con Nuestra Señora de Fátima ¡Hay que comenzar en seguida las obras! ¡Por Nuestra Señora de Fátima! »
Sin embargo, con el paso del tiempo y los cambios en la vida, la devoción ferviente que una vez la rodeó comenzó a desvanecerse. La pequeña imagen quedó relegada a un rincón de una iglesia, olvidada por aquellos que tanto la habían clamado.
Pero un día, reorganizada la Hermandad de Fátima de Málaga, decidida a revivir su mensaje de amor y esperanza en esta ciudad, solicitó que esta pequeña imagen se convirtiera en la imagen Titular de la Hermandad.
Con gran alegría y reverencia, la blanca imagen peregrina fue llevada a su parroquia, la parroquia de Fátima, donde debería haber permanecido todos estos años.
Ahora, la Virgen de Fátima preside el camarín principal de la iglesia, y los fieles vuelven a venerarla con el mismo fervor de antaño. Recordando aquellos tiempos en los que el pueblo de Málaga la clamó.
La Virgen se siente feliz de estar entre sus hijos, quienes nunca la olvidaron.
Ella vino y se enamoró de Málaga, de su gente, del sol y de la esencia de este pueblo. Y este pueblo, que Ella siempre lleva en su corazón, este pueblo hoy le demuestra su gratitud, con su presencia constante, recibiendo de nuestra Señora, fe, esperanza, amor y recordando a los fieles la importancia de la oración, la penitencia y la conversión.
Queridos hijos de Málaga, recordad siempre que en los brazos de la Virgen de Fátima encontraréis refugio y paz.
Acercaos a Ella con fe y devoción, y permitid que su amor maternal os guíe y os proteja en todos los momentos de vuestra vida. Que la Virgen nos guíe en el camino de la fe
AUTOR: José Manuel Rojas García.
El obispo D. Ángel Herrera Oria va a traer a la Virgen de Fátima para que acompañe a la ciudad en sus jornadas de devoción. (LA GRAN MISIÓN)
El Obispo de la Diócesis de Leiria (Portugal) accedió a la petición de Ángel Herrera para que la imagen venerada en Cova de Iria viajase a Málaga.
La imagen de la Santísima Virgen de Fátima que vino de Leiria expresamente a presidir la “Gran Misión malagueña” no vuelve a Portugal.
La convenida entre nuestro reverentísimo Prelado D. Ángel Herrera Oria y el señor Obispo de Leiria era que, terminada la Misión, la imagen regresaría a la Cova de Iría.
El pueblo de Málaga llegó a compenetrarse de tal manera con la imagen y fueron tan manifiestos los favores de la Señora a la ciudad, que nuestro Prelado solicitó del Obispo de Leiria que la imagen quedara en Málaga.
Es el pueblo de Málaga (escribe a nuestro prelado) el que retiene ahí a la Virgen pues bien, la voluntad de Dios es que permanezca ahí y yo me complazco en cumplirla.